martes, 27 de julio de 2010

No fue más


NO FUE MAS.

No fue más,
ni el más leve recuerdo,
ni el más leve rastro del recuerdo,
ni el más leve rastro de la primera respiración
ni el leve rastro del primer silencio,
                del primer intento,
de la carne que no fue carne,
ni de las albas soledades
en las distancias ignotas del tiempo.



Ni negra noche dudona
alba que presagia tormenta y luna,
estrellas nubladas
derraman brillos taumatúrgicos,
desparraman criselenfatinos haces
        de espinas doradas,
        de espinas calladas.


No quedaron nostalgias
en tramontes con lloviznas
de ocasos perdidos,


nadie cargó las penumbras
del pensar agitado y convulsivo
de esperanzas frustradas en el tiempo.
              De sueños formados en el viento.


Es el recuerdo destruído de la sombra
de los pensamientos falaces que huyen
donde el olvido bebía el primer acíbar
amargo y áspero de la primera voz.

No se puede ver bien la vida,
no se puede ver mejor mi barca de ilusiones,
mis ojos son soles dormidos,
pero los dioses destruyeron mi primer pueblo
los incendios destruyeron mis primeras ansias.


Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Los Augures

De la noche ha saltado


DE LA NOCHE HA SALTADO.

De la noche ha saltado el silencio noctumbal,
y alguien dijo que agarraría las flores del tiempo;
alguien acurrucado en los más profundo del espíritu,
donde solo las sombras se achican hasta ser nada,
                                        hasta ser silencio.


Negra noche dudona
alba que presagia tormenta y luna,
estrellas nubladas
derraman brillos taumatúrgicos,
desparraman criselenfatinos haces
        de espinas doradas,
        de espinas calladas,


diluyen líquidos cetríneos ígneos,
llueven luces muertas en el lecho azul,
oscilan crepúsculos ignorados
de melodías ignotas;
tiran contra el oscuro
de los muertos del Futuro...


Los muertos desnudos se cubren la carne,
de costra con espaldas de luz, en el pecho luz,
cuerpo bañado de luminosidades;
todo surgido en ondas concéntricas
en el eterno mar tranquilo.


Alguien dijo que agarraría las flores del Tiempo
que se agitan y emergen como suaves barquillos
en el espacio azul,
danzando las flores vestidas de tul.


Por la Luz vino la Noche,
y
cuando retumbó con fuerza el aborto de la duda,
cuando nacieron nuevos sonidos en caracol sólido,
cuando las alas eran huidizas del cuerpo central,
y el sonido se transformó triste en la noche
de la buena voluntad;


entonces volvió la voz de la negrura,
y
alguien dijo:


"Día Primero Será".

Víctor Hugo Arévalo Jordán
obra: Los Augures

lunes, 19 de julio de 2010

Invocados fueron



INVOCADOS FUERON.

En aquél tiempo fueron invocados
los nombres elegidos
en el ateneo de las cualidades:
invocados fueron:


El Director Supremo de la Obra,
el Artífice del fuego
(y el ladrón del fuego divino).


Invocados fueron:
La Reconstructora de los escombros;
El Creador de lo Rojo y de lo Amarillo.


El protector de lo creado,
El destructor Danzarín,


El Maestro de la fertilidad,
El Maestro que lleva la Inteligencia,
El que juega con el Tiempo
El que hacìa temblar lo creado
en la guerra.


Invocado fue, oh incomparable esplendor,
el obrero natural del Universo.


Reuniéronse los Nombres del Universo.
en los tiempos de la Eternidad,
porque cada uno era eterno de naturaleza.


Y cada uno contempló que su obra era buena,
y señalaron los antecedentes
del que llevaría los muslos desnudos,


fueron justicieros de las horas sin nombre,
las horas oblícuas
sin manecillas.


Forjaron sus músculos los Nombres Invocados
y esculpieron la energía,
materia de la materia.


Materia y Energía
fueron la carne y el alma del Universo físico,
Ay! Universo palpable e ilusorio. Misterio.


Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Los Augures

Crecieron las auras melodías


CRECIERON LAS AURAS MELODIAS.

Crecieron las auras melodías
del arpegio espacial
bailando las sombras irónicas
en el santuario
del caracol
formado en las Epocas Remotas.

Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Los Augures

jueves, 8 de julio de 2010

Fueron entonces los átomos


FUERON ENTONCES LOS ATOMOS.

Fueron entonces los átomos-abejorros
esparcidos en los caminos desiertos
de la Gran Noche
los que volaron infinitos
y no tenían horizontes.



Se esparcieron los abejorros volantes
en la inmensidad de la tinta noche.
Ananás y Anionitos.

Nacieron las nuevas sombras,
compañeras inexorables de la Luz
y se creó el estabilizador Inteligente
creciendo la imaginación de dos dimensiones
y
regida estaba la tercera energía del Universo.


Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra Los Augures

Entregadas las esperanzas


ENTREGADAS LAS ESPERANZAS.

Entregadas las esperanzas al delirio
no reían aún los soles en los balcones
ni estaban cruzadas las manos
sobre el pecho del silencio,
aromas ácidos,


no hubo nombres borrados
ni viajeros oscuros
que regaban sus flores
de misterios y palideces.


Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Los Augures

viernes, 2 de julio de 2010

Nací del vientre salado

NACI DEL VIENTRE SALADO



Colores que nacieron cuando Nací,
nací del viento salado del mar
crujir de tormentas.


Surgió de la nada el límite
entre mi vida y la muerte.
Me aferré a mis esperanzas,
sin ninguna esperanza.


Voz levantada de la ceniza,
movimiento ilusorio y misérrimo
en lo absoluto inmutable,
un pie sobre el Todo,
el otro sobre la Nada,
no es angustia, es existencia,
sendero de nadie porque es de todos
caminos materializados en la forma
recuperada por Prometeo.


Intemporal recuerdo de mi eterno peregrinar
siempre amando monstruos blancos,
sólo mis nubes,
solamente mis nubes.

Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Los Augures