viernes, 24 de septiembre de 2010

Estos nervios parecen alambres


Estos nervios parecen alambres
De púas clavados en mi piel
Y encima este invierno vegetal
Frío, nubloso, mujer, raíz
Que penetra hasta los huesos
Como bonsái que brota de la piel
Tuya, llena de luces y sombras,
Curvas hechas a mano, por la mano
De Dios, quien sabe con qué
Santas intenciones, esos tejidos
Me sorprenden cada que hay
Luz, entrecortado silencio,
Superficie temblorosa, tejido
De piel, tu piel, estirada al colmo y
Estos nervios parecen alambres
O cuerdas de violines que tocan
A rebato, mientras genero y creo
Idiomas mil, cuando tus penumbras
Insinúan, y solamente eso,
Dobleces de tu piel
Blanca, leche de constelación
Láctea, creo idiomas, soplo
Aliento denso sobre las oscuridades
Sueños perdidos, no me arrepiento
Haber perdido sueños ni el sueño.
Solo me quedan latidos de corazón
Desacompasados, si apenas es
Una sensación de dicha.
Dicha........


Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Días Extraños

EN LA CONCAVIDAD


En la concavidad de tu blancura
Hiriente
Con los muslos prietos
Me dejas sin espacio
Para nada
Ni siquiera para jugar
Con las luces
En tus oscuridades,
Solo en la concavidad de tu blancura
Penumbra de sueño
Anhelo o ansia
O sueño desechado.


Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Días Extraños

Cómo no extrañar el desorden


COMO NO EXTRAÑAR EL DESORDEN

Como no extrañar el desorden,
Los libros abiertos en el suelo
Amigos y mujeres de ternuras escondidas,
Colillas y quemaduras en los tejidos,
Nosotros hilando el futuro
Como si de nosotros dependiera

Enfurecidos a ratos, enfebrecidos
Destrozando vidas de papel
Quemando injusticias dibujadas al carbón
Y miradas de ternura en tus ojos mujer

Pasado no muerto
Rebeldía no derrotada nunca
Mas prudente y menos iluso
No me callo, y sigo mi caminar por la lluvia
Que no me da el cuero
No importa
Que me muero no importa
Si otra vez
Veo tus ojos llenos de ternura

Pero no creo en los milagros,
Los sentí toda la vida
Pero no los vi, no los vi
No los pude ver
No puedo admitirlos
Porque seria un fracaso.

Siguen los amaneceres de poemas perdidos en la memoria
Pocos sobre el papel
Para que, para que divertir a infelices intelectuales,
Para que confesar mi amor por los inviernos
Los otoños, los veranos...
Las primaveras no mi amigo
Eso lo hacen los educados
Y algunos estúpidos también,
Como contarles los infinitos espacios
Esparcidos en tu piel blanca como la nieve
Y la ternura infinita de tus ojos
Que soy mito, leyenda y sueña
Cuando los veo.

Mañana será otro día me repetirán los irónicos
Pero tu mirar me lo llevare
Siempre
Silbando
A más no poder.

Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Días Extraños

Apenas

APENAS

Apenas
Das la sensación
De ser un pájaro
Que perdió su libertad
Apaciblemente.

Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Días Extraños

ALGO MAS TRISTE QUE EL RECUERDO


Algo más triste que el recuerdo
Del sol ardiente de las tardes de estío
Sumiso el viento, cansada la tarde,
Sin sueño, ni hierba donde tenderse,
Sin pasto que crece en la humedad

De la tarde del recuerdo,
no hay perfumes de flores
A la vista
Quedaron atrás
En la bolsa de los recuerdos
Y se marchitaron en el olvido
Pero la memoria persistente
Nos obliga a diario a recordar
Un perfume indeleble e inexistente,

Los aleteos de los insectos no se recuerdan,

Si de las aves canoras
Que antes del calor de verano
Escribieron los cantos del otoño,
Y en el otoño se alejaron volando y cantando
Melodías que contaremos en el fuego
Encendido en San Juan
para ahuyentar el frío del invierno
Tan cotidiano este año
Que no recuerdo cuando
Cambiamos de siglo.

Algo más triste que el olvido....


Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Días Extraños