Descienden airosos
En tatuajes de claveles yertos
Que otrora conmigo se congojaron
Vinieron los sembradores de cantos
En tatuajes de ríos con ojos áureos
Que otrora conmigo se congojaron
Vinieron sembradores de cantos
En tatuajes de ríos con ojos áureos
Que otrora conmigo se congojaron.
Vinieron los sembradores de trigo y besos
Con guitarras viudas y lloronas
Que otrora se congojaron conmigo.
Pero esta vez
Ya no se congojaron.
Ay del silencio, el silencio...
Victor Hugo Arévalo Jordán
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