FUERON ENTONCES LOS ATOMOS.
Fueron entonces los átomos-abejorros
esparcidos en los caminos desiertos
de la Gran Noche
los que volaron infinitos
y no tenían horizontes.
Se esparcieron los abejorros volantes
en la inmensidad de la tinta noche.
Ananás y Anionitos.
Nacieron las nuevas sombras,
compañeras inexorables de la Luz
y se creó el estabilizador Inteligente
creciendo la imaginación de dos dimensiones
y
regida estaba la tercera energía del Universo.
Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra Los Augures
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