Estoy lejos de toda amargura;
Mis progenitores me dejaron
Molde Granítico,
Grabados fueron los Santos Nombres
invocados a su tiempo.
Alas carcomidas por el viento
recelan de las preguntas humanas.
La duda es derecho,
es el espejo del mal recuerdo.
Tierras desoladas de amargura,
abandonadas en el desierto
en las montañas,
hoy sabemos que nada puede ocurrir,
que todo vuelve al aire,
tierra,
agua,
fuego;
que del aire nace la luz,
de la luz nace la llama del fuego
de la llama del fuego nace el agua,
de la condensación del agua nace la tierra,
leyes y enigmas del origen,
que todo no se acaba, solo es misterio,
cambio,
metamorfosis.
Dejáronme mis vientos, intemporales
recuerdos del eterno peregrinar
que amasan monstruos blancos:
nubes cuajadas por mis vientos,
Horizontes alejados
Manos angustiadas del llamado.
El latigazo de las olas de mar,
corroe a diario el recuerdo rutinario.
Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Los Augures
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