viernes, 5 de marzo de 2010

SE ABRIERON LOS OJOS EN LA NOCHE

Se abrieron los ojos en la noche,
pasado cielo tendido
infinito sobre mi cuerpo,
busqué la forma del tiempo.


La sinfonía celeste del nuevo sol
nació como un vacío dimensional,
lanzas enhiestas de la imaginación febril,
incomprensible sutileza del nuevo origen.


Tierra finita tendida a mis pies,
como tal la conocieron los viejos sabios
que buscaron la forma perdida
del árbol,
del mineral,
del animal
y del hombre;
como tal la conocieron los sabios
que escucharon el concierto de las hojas,
que escucharon el concierto del acero,
de la piedra crocante, del lamento
de animales y hombres,
como tal la conocieron los viejos sabios,
como tal la tierra fue sostén de vida,
cuando nació el tiempo dividido y con nombre,
las tormentas se calmaron,
y se cimentó la tierra, se afirmó el cielo.


No pude ver bien la vida,
pasaron cuatro tiempos
transcurrieron generaciones,
no pude ver mi barca de ilusiones,
resplandores que brotan de la nada
perdidos en el resplandor del sol.


Mis ojos fueron soles dormidos,
pero los incendios destruyeron mis ansias.
Tiempos inmemoriables.


Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Los Augures
Ensayo poético

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