miércoles, 13 de septiembre de 2017

YO LA AME EN SILENCIO

YO LA AME EN SILENCIO
(Puppy Love)
yo la ame en silencio desde la infancia,
en la pubertad era mi sueño
y ella lo sabía, no se lo dije nunca
pero ella sabía de mis sueños
jugamos juntos en la infancia
era mal visto a los ojos paternos
pero ignorando consejos jugábamos
en las noches de plenilunio
yo la ame en silencio desde la infancia,
en la pubertad era mi sueño
y ella lo sabía, no se lo dije nunca
pero ella lo sabía cuando en las tardes
nos sentamos en los maderos
en silencio, contemplándonos
y las manos temblorosas, ambas
juntas, casi transparentes los dos,
leímos a Amado Nervo y Gustavo Bécquer
a Neruda.
Un día pase a buscarla,
jóvenes los dos, ella reposaba en la cama
delgada, no comprendía bien
como podía la enfermedad lastimarla
esa tarde sin sol leímos a Manrique
"avive el seso y despierte
contemplando, cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando"
y se fue, recordé a Nervo
"Era llena de gracia, como el Avemaría"
yo la ame en silencio desde la infancia
en al pubertad era mi sueño,
pero se fue, Juventud dolida
me dejo con Nervo, con Gustavo,
con Manrique, solo me quedaban
recuerdos de su mirar y mis versos....

Víctor Hugo Arévalo Jordán

NO FUE MAS

No fue más,
ni el más leve recuerdo,
ni el más leve rastro del recuerdo,
ni el más leve rastro de la primera respiración
ni el leve rastro del primer silencio,
del primer intento,
de la carne que no fue carne,
ni de las albas soledades
en las distancias ignotas del tiempo.
Ni negra noche dudona
solo alba que presagia tormenta y luna,
solo estrellas nubladas
que derraman brillos taumatúrgicos,
desparraman criselefantinos haces
de espinas doradas, de espinas calladas.

No quedaron nostalgias
en tramontes con lloviznas
de ocasos perdidos,
nadie cargó las penumbras
del pensar agitado y convulsivo
de esperanzas frustradas en el tiempo.
De sueños formados en el viento.
Es el recuerdo destruido de la sombra
de los pensamientos falaces que huyen
donde el olvido bebe el primer acíbar
amargo y áspero de la primera voz.
No se puede ver bien la vida,
no se puede ver mejor mi barca de ilusiones,
mis ojos son soles dormidos,
pero los dioses destruyeron mi primer pueblo
los incendios destruyeron mis primeras ansias.
Víctor Hugo Arévalo Jordán


COMO NO AGRADECERTE

Como no agradecerte
Si cada mañana o cada amanecer
Señalabas al sol naciente
Con la mano extendida
Como recibiendo la luz
Y sonreías en silencio.
Abría los ojos y el silencio se rompía
Con el canto de las aves,
El golpeteo de las hojas en la brisa.
Como no agradecerte
Si cada atardecer apuntabas al lucero
Inmensa luz solitaria correteando tras la luna
Y sonreías en silencio.
Y en las noches nítidas, sentada en el alfeizar
O en el canto del patio, contemplabas las estrellas,
La Cruz del Sur, las Tres Marías, el camino del cielo
La Vía Láctea. Cerraba los ojos
Y el silencio dominaba mi ser.
Como olvidar tus manos
Encallecidas del trabajo diario
Que me abrían caminos
Entre las multitudes de las calles.
Como olvidar tu voz cantarina
Que trinaba en las mañanas,
A veces en el hastío vespertino
Y me levantaba el corazón
Cuando veía y aprendía
Los dolores del mundo
Y de la vida. Esa voz cantarina
Que me repetía como un juego de memoria
Como eco mío, el abecedario,
Aquellas tardes que descubría
Que el Verbo existía.
Aprendí a formar palabras,
Aprendí el valor de ellas
Que encerraban sentimientos
Sagrados y heredados.
Cómo olvidar la luz del llanto
Cuando yo crecía tu llorabas
Y me enseñabas mi soledad
Y llorabas para que yo no lo haga
Cuando me llegue el momento,
Solo morderme los labios,
Solo clavarme las uñas en las palmas.
Y tu verbo que marco mi camino
Caminamos juntos un trecho de la vida
Después me tocó caminar mucho todavía
Mares, océanos, ciudades, pueblos, montes, valles
Rutas del hombre y rutas del alma
Recordando las piedras del patio de la casa
Cuando correteaba encerrado
Mientras aprendía esa sensación de lejanía
Sin temores, sin miedos,
Solo un profundo dolor de lejanía.
Era mi corazón adolorido
Que siempre lo has cuidado
Incluso hoy, con esa soledad irremediable
Aun palpita a tu ritmo.
Y esa figura mirando el sol
Que nace distinto todos los días
Mientras parpadeo recuerdos.

Víctor Hugo Arévalo Jordán.

EN LAS PAREDES CUELGAN ANIMALES

EN LAS PAREDES CUELGAN ANIMALES
En las paredes cuelgan animales muertos,
disecados por el tiempo,
animales muertos que fueron sembrados muertos,
que fueron felices aquí
molestando a la Soledad
de los dioses de ojos brillantes.

Cuelgan las víctimas, aves,
De largos vuelos sobre el océano
las víctimas cuadrúpedas,
que recorrieron las estepas.
La idea fundamental del Gran Mago
no ha visto ninguna herida,
salvo la que produce el tiempo.
Sus textos están escritos en las plumas,
en el suave pelaje de los cuerpos
que se disecaron en la armonía del silencio,
cueros que fueron firmados en las lejanías
pergaminos de piel suave, casi piel viva
que forman bosquejos trágicos y añorados.
Recuerdos de un suspiro de vida.
Se funden las sombras y el cerebro.
Las luces iluminan tu figura ahora,
casi ya un recuerdo, desnuda mujer-ave,
sentada ante la rústica mesa del experimento,
al centro de la habitación. Cabaña inmemorial.
Tu actitud contemplativa, absorta,
mirando dulcemente la rosa violácea
que sostiene en sus manos uniformes,
manos delicadas, se puede morir por ellas,
manos que yo - viento que silba en el desierto-
acaricio cariñosamente.
Sólo ella puede envejecer.
Soy el agua que moja su piel,
como el agua vivo sin consumirme.
Tu solo eres un recuerdo en la lejanía.
Víctor Hugo Arévalo Jordán

EL VIENTO CELESTIAL MOJA

EL VIENTO CELESTIAL MOJA
Ya el viento celestial moja las luces,
y, los cantos antiguos se mojan,
en remojo de soles, en remojo de silbidos,
en remojo de vientos aliáceos.
Dónde están los misterios de los troncos?
desde la Muerte hasta la Vida?
del misterio del agua,
desde la muerte hasta la vida?
dónde están los misterios de la Higuera?
del Viento?, del Hombre?.
Ya entonces aprehendió
el misterio pensante,
divagando en la frente de la Luz,
en los misterios rosarios de los ojos,
millones de ojos perdidos
en el vacío, en el silencio.
El silencio y la armonía de las Catedrales
Infinitos espacios de luz y oscuridad
Donde descansa el Universo.
Frías tinieblas empezaron
a cubrir el espacio,
lagos ausentes de sombras
algas ausentes de limo y clorofila,
las puertas vomitantes se cerraron,
imploraron las primeras tumbas
y se pensó en el primer foso
con el lema del primer poeta del origen:
Yace aquí
el que hizo del universo una poesía.

Se encendieron las estrellas al recuerdo,
se abrieron las rosas-sol-incandescentes,
en memoria de El.
Víctor Hugo Arévalo Jordán

MUJER TUS OJOS

Mujer tus ojos siempre atentos,
nerviosos, movedizos
con mirada dulce que no abandona
como un bosque compacto, silencioso
apacible, sereno paisaje,
destellos inciertos de luz,
sorprendida a veces y a veces sorprendida
con los brazos cruzados en tu mundo
como esperando una sonrisa.

Cae el día que ahora tiene nombre
(es apenas
una exhalación elegante que perfuma)
Jueves que se precipita en la pendiente
de veinticuatro horas graduales.
Mujer que tu rostro llena mi ambiente
y mientras anochecen todos mis jueves
(todos los días son jueves)
vamos a volar imaginación y estrellas
ocupando tu siempre mi pensamiento
y los sueños que se desvanecen.
Si por lo menos esta noche azul
pudiera volver a tu sonrisa...
Y tanta inquietud en tus ojos
que ha llegado a mi melancolía
que muere renovada en tus recuerdos.
Todas las noches son sólo recuerdo.
Si por lo menos
pudiera repetir la noche.
Víctor Hugo Arévalo Jordán

HOY MUJER TE ABRES

Hoy mujer te abres,
y todo tu cuerpo son rincones,
el fuego te dice que he vuelto,
traje flores y mi oscuridad,
traje silencio que es diálogo,
traje un desierto de sueños,
un libro de Kant,
traje mi marzo
que lo dejo caer,
día a día,
y deposito la semilla
en tu recuerdo,

tu aliento es ventana abierta
donde nacen las brisas,
ojos como vuelo de pájaros
que emigran antes del invierno,
vine a calmar mi sed,
bebí tus plegarias y tormentos
de hilo bordado
en las tardes sin fecha,
con llovizna,
tu gota de mundo.

Hoy mujer te abres,
y todo tu cuerpo son rincones,
hambre ancestral de los orígenes;
cabellos como la caída de la noche,
talle de ave, suave y perfecto;
y hoy te veo,
contemplo como arden tus ojos,
pasos tuyos en la pieza,
voces olvidadas de los tiempos,
gestos inmaculados,
recuerdos,
recuerdos,
recuerdos.
Víctor Hugo Arévalo Jordán.

TEMBLOR

TEMBLOR
No es la muerte la que me dio sus besos
(no es la lluvia tampoco), sino que
llegué a la fuente cuando el universo
temblaba (como temblaban
tus senos al besarte).
No es la muerte quien me dio sus besos,
(no son las aguas tampoco)
pero yo les di los míos
cuando los azules murmuraban, y…
(cuando di mis besos al mar, a ti, a Ella…)
Mas (…) Si tú llegaras al infinito,
al vacío del fondo del ser: (vacío)
abrazados fuéramos entonando
la sinfonía bajita del silencio.
Y… Es que tu así alegre sonrisa
contagiosa, cantarías deseos
con mis ansias saturadas de hastío
que brinda el placer; al amor creado
saludando desesperados (¿vacío?).
No es la Muerte tampoco quien me dio sus besos,
(no es el azul tampoco), sino que
te besé (a Ella y a ti y al azul)
a los tres nos besó el placer (¿vacío?)
Ah. Qué hermoso hastío… Es que la lluvia
no remojó aún tu cuerpo y el
mío, para sentirnos cálidos y
¡juntos otra vez!
Ah. Universo mío
¿Por qué tiemblas?


Víctor Hugo Arévalo Jordán
Cuando creemos que ya nada puede perturbarnos, surge el accidente y es pasado, entonces pregunto al viento, a las aves, a los animales, si saben del pasado, si lo vieron, si lo sintieron pasar, si sintieron el temblor apenas perceptible que la vida nos deja en cada rincón del alma, pregunto al viento que sopla mi rostro, pero es feliz el viento por que no recuerda nada, solo lleva fragancias y voces que se pierden en la nada, mucho menos me responderían, pero siento el latir de las palabras que representan mi pasado, o es solo una impresión mía, un ilusión más de este mundo de ilusiones? Donde esta esa imagen de mi pasado, aquellas imágenes de la infancia?, dónde están? Quien las tiene? Como puede la vida transcurrir indiferente a mi niñez y a la de cualquier vulgar ciudadano del mundo?, ese pasado que siempre está agazapado en lo más profundo del ser, suma de aceptaciones nuestras para no pasar al olvido definitivo, no por eso indeseable. 

 Victor Hugo Arévalo Jordán
 El silencio de los Pobres.

Me oculto en mis ansias

Me oculto en mis ansias
para no confesar mis sueños.
Y el gusano de la ilusión
no deja volar mi águila de la realidad.
(vhaj)

PRIMERO FUIMOS LA MAR.

PRIMERO FUIMOS LA MAR.
Primero fuimos la mar de la calma,
vino el soplo de la inquietud,
nació el recuerdo y fuimos el caos.
Del caos vino el hombre,
lo es ahora
y a su origen volverá.

Leve movimiento del Hombre,
sueño creado en la desesperación estática,
despierta quien fue creado
por la espora del cosmos.
Retorna a su realidad,
contempla el infinito.
Su voz no se pierde,
nunca se pierde la voz,
estamos condenados a escucharla,
retumba en la inmensidad del espacio,
el universo atiende a sus palabras,
el rostro del creador es la expresión del hombre,
es el gesto, es el espejo del universo:
-“Nada tiene linde...
Cobra vida la imagen
en óseas líneas sonoras
fraguada en ideales y ambiciones.
Caen los astro-luceros en vértigo
de días cortos, en relojes de arena.
Impera la angustia
en coronas metálicas.
Mi esencia es ámbito corto,
grupo de átomos cansinos; mi materia.
Oigo martilleos tangibles
de cajas vacías
de talleres con sirenas aullantes.
Universo…”-
Víctor Hugo Arévalo Jordán

ALMA, DÍMELO

Alma, dímelo:
Que te hicieron mis mejores recuerdos?
el perro de lana quedó silencioso
abandonado en el rincón de tus cuidados
escondiendo la cara de trapo
con la tristeza marcada por el tiempo.

Fantasía de un mundo perdido
arrancado de raíz por la muerte,
por un complejo de culpa
y un sueño de absurdos.
Con el arco en los ojos
me esperaba tu asombro
cuando al lado de mi yo
conversamos alma,
y me sorprendí haber nacido
de nuevo para terminar así
en mi eterno diálogo
conmigo mismo.
Víctor Hugo Arévalo Jordán

Las calles me abandonaron

Las calles asfaltadas me abandonaron
en el silencio de sus horizontes
cortados a filo, ángulo recto y sin cielo,
sin posibilidades de infinitos siquiera.

Ya en la tarde me abandonaron los faroles
dudones de cada esquina, donde
a diario se cita uno con la espera
que tiene máscara de ausencia.
Los asfaltos con largas líneas terminaron
las ventanas cerraron sus ojos
y sólo quedaron jazmines, madreselvas
y césped a la intemperie. Los ojos curiosos
se durmieron cuando mi paisaje,
(gomero, eucalipto y paraíso)
me abandonó en el silencio del Ángelus,
Hora que no es ni ayer ni mañana,
apenas campanas de la torre cristiana.
En esos instantes suspendidos de mutis
uno descubre sorprendido que aún se tiene alma
y que está lleno de rincones olvidados,
-Ah, los rincones esos-
aparentemente olvidados los secretos.
Descubrí que se tiene luz propia, sueños,
cimiento de golondrinas, abandonos,
silencios, paisajes inalterables, recuerdos,
encerrado todo, en esta pobre cárcel humana,
se tiene aire, tierra, agua, fuego y luz, amor…
y nada que luchar por la libertad,
mientras que las calles me abandonaron
en el silencio de sus horizontes.
Víctor Hugo Arévalo Jordán

sábado, 18 de marzo de 2017

HOMBRE, ERES TAN PEQUEÑO (repetido)


Hombre, eres tan pequeño
que no comprendes tu propia grandeza.
Cómo?
hoy te detendrás ante el estímulo
de lo difícil?
es que has perdido la resistencia
que te distingue como humano?
Que infamia o audaz mentira es esta
que obstruye tu pensamiento
alma marchita del llanto apagado?.
Qué siglo es éste
que todo se derrumba en silencio?.
Qué fue difícil para ti, hombre pequeño?
lo oscuro de las ciencias,
aquello que estaba sumergido
en el silencio de los secretos?.
Para tí que todo fue hecho a la mano
hoy te detienes y te preguntas "qué soy".
Has olvidado de la existencia de Dios?
Has hecho de la mujer el templo de tus pecados
escondidos en la oscuridad de tus instintos,
Te olvidas que eres juzgado
irremediablemente
por la muerte.
Sigue tu camino pequeño hombre, río grande,
pasa como el tiempo, impetuoso
e insensible a las banalidades.
Sigue siempre echado, cara al sol,
con la dormida canción de tu abandono. Sonríe.
Ah!, inquieto que te debates entre lo incierto,
entre aquello que no tiene génesis,
que no tiene Logos aun cuando tú se lo des
has venido del mar de la nada,
de los océanos de la duda,
como una estrella vagabunda,
como un sueño nunca realizado
como una luz incierta en la noche perdida.
Viviendo como vives,
consentido de grandezas,
sólo ha de surgir el tormento del fuego
como surge el viento que se queda en el alma.
Todos los paisajes del mundo
están encerrados para siempre en tus sentidos,
hombre pequeño,
sin embargo apenas eres un beso en la frente
del sacrificio de la madre,
soldado que mueres sin comprender la vida,
cayendo continuamente en el pozo del enigma,
gemido de humillaciones,
hijo de esperanzas que sueñan el retorno.
No has medido aun tu holocausto
y ya retornas a la reconstrucción,
al agotamiento de las civilizaciones perdidas,
a veces interiorizando profundos sentimientos,
arraigos del firmamento en tus entrañas
con quejidos preguntones de tus alucinamiento,
largo camino el tuyo de corto tiempo,
miserias encontradas en los silencios de la noche,
camino empedrado de traiciones
con sutiles adornos de la hipocresía.
Hombre pequeño, océano profundo,
tus hermanos corren golpeando la piedra
con apagados ecos de voluntad abandonada,
cortan la hiedra que no muere
con el horror de su triste historia.
Hombre pequeño,
escucha como corriendo rauda y ciega
veloz llega la muerte,
corre oscura en su luz negra de presentimientos,
oye el clamor de lamentos y quejidos
ante su paso sereno sobre los genios heridos,
los augures optaron por el silencio
ante el mañana triste y lúgubre, mañana olvido,
que te hizo perder la memoria,
la vida es una rosa, el corazón una cruz.

El camino es un crujir de rieles
de un largo tren de la inocencia.
VÍCTOR HUGO ARÉVALO JORDÁN

miércoles, 15 de marzo de 2017

ME HA TOCADO A DIARIO

Me ha tocado a diario,
Sentarme en el escritorio
en suerte, tocando recuerdos,
ver cruzar la vida
entendiéndola a veces, pocas veces
analizando las pérdidas, a diario
molestando a la muerte con preguntas
sin morir, lo sé, sin saber
como se produce el milagro
lo mejor del tiempo se pierde
sin saber que puerta tocar
y, se pierde tanto espacio,
solo estirando la melancolía
siempre fui medido pero no por mi
supongo que se trata de vivir
por eso te miden a diario

El viaje que emprendemos naciendo
Nadie puede darnos una respuesta
Solo cada uno, en su melancolía
Encuentra su grandeza de ser humano
Somos eternos por esencia
Por eso cuando sales
Deja los recuerdos y los sueños y las penas,
junto con el paraguas, detrás de la puerta
los signos se olvidan si duelen
se olvidan los fríos y los fuegos
solo lleva mi amor contigo,
cuando te vayas, cierra la puerta.
Víctor Hugo Arévalo Jordán