viernes, 24 de septiembre de 2010

Cómo no extrañar el desorden


COMO NO EXTRAÑAR EL DESORDEN

Como no extrañar el desorden,
Los libros abiertos en el suelo
Amigos y mujeres de ternuras escondidas,
Colillas y quemaduras en los tejidos,
Nosotros hilando el futuro
Como si de nosotros dependiera

Enfurecidos a ratos, enfebrecidos
Destrozando vidas de papel
Quemando injusticias dibujadas al carbón
Y miradas de ternura en tus ojos mujer

Pasado no muerto
Rebeldía no derrotada nunca
Mas prudente y menos iluso
No me callo, y sigo mi caminar por la lluvia
Que no me da el cuero
No importa
Que me muero no importa
Si otra vez
Veo tus ojos llenos de ternura

Pero no creo en los milagros,
Los sentí toda la vida
Pero no los vi, no los vi
No los pude ver
No puedo admitirlos
Porque seria un fracaso.

Siguen los amaneceres de poemas perdidos en la memoria
Pocos sobre el papel
Para que, para que divertir a infelices intelectuales,
Para que confesar mi amor por los inviernos
Los otoños, los veranos...
Las primaveras no mi amigo
Eso lo hacen los educados
Y algunos estúpidos también,
Como contarles los infinitos espacios
Esparcidos en tu piel blanca como la nieve
Y la ternura infinita de tus ojos
Que soy mito, leyenda y sueña
Cuando los veo.

Mañana será otro día me repetirán los irónicos
Pero tu mirar me lo llevare
Siempre
Silbando
A más no poder.

Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Días Extraños

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