jueves, 29 de abril de 2010
Sombra que ciega con acorde mudo
todas las escalas de la luz.
que desanuda el axis del aliento
como el crepúsculo de un día cansado,
como el dulce párpado que nubla el horizonte
sin premura
Tenue pluma del beso que roza en lo profundo
apagando los fanales del pulso
sin sublevar la carne ni las ansias,
sin temores de límite ni de noche
Tan solo el desandar de suave pie
que pisa la geografía del silencio
como un regreso.
Francisco José Millán
El primer sonido
El primer sonido
rompió la delicadeza del Silencio.
Murió el silencio, no existe más,
solo su recuerdo virginal nos embarga.
La oreja astral se estremeció
y la sordera encerró su angustia,
recinto olvidado
en la noche de los tiempos.
Será sordo el Primer oído
hasta el fin de los tiempos,
no escuchará lamentos,
ni súplicas,
ni dolores gimientes.
Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Los Augures
Amada humanidad
por cual extraña gruta
echando la sombra viniste
a esta vida de Ilusiones;
que de tristezas
estas hecha Hoy...
Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Los Augures
miércoles, 21 de abril de 2010
Poco a poco se sintió
Poco a poco
se sintió antes del amanecer
frío en el quejido.
Asfixia del exceso de espacio
de mi segunda imaginación.
Víctor Hugo Arévalo Jordán
ÉL Y TU.
Irá a verte caminar
Acostumbrado al techo azul de tu amargura.
Verá los vuelos rojos en tu pecho,
Pero para Él estarás –sin ser pecado- desnuda.
Bordará el horizonte en tu espalda
Y con la tarde en tus ojos redimirá tu penumbra.
Fundirá colores y serás la distancia
Que separa al milagro... de la blancura.
Él estará en tu tenue paso,
Sabiendo que sin querer lo buscas.
Pondrá en tus labios movimiento,
Y sin que sepas, tu palabra... será la Suya.El mismo Dios.
Ella sabe que mis palabras nacieron para su memoria.
Ella es el lugar que eligió Dios
Para que descansen mis versos.
Ella me dijo que la poesía estaba dentro de mí.
Mi mirada yacerá eternamente
En la memoria de sus ojos.
Cada mañana mis ojos se abrirán hacia su tiempo.
Mi ausencia hará eco en sus pasos
Y sus pasos serán el eco de mi recuerdo.
Dios dejó a mi tiempo para latir en su piel,
Jamás morirá mi silencio en su alma.
Mi corazón quiere dormir mi muerte en su alma.
Dios la ha elegido para darme redención
En el tibio milagro de su existencia.
Es por esto que aquí me despido en paz,
Sabiendo que sólo Dios y el amor bastan
Para justificar mi paso por el mundo.
Todo lo que soy ella lo guarda en sus manos,
En el vasto universo de un milagro.
Yo seré la eterna luz
Donde nació el amor que Dios le envía.
Yo estoy en el altar de su memoria
Y allí me quedaré peregrinando
Para volver con su palabra y su rezo
Al calor del mismo Dios que compartimos.
ESCONDRIJOS DE LA VERDAD.
Escondrijos de la verdad,
Espinas del presente,
Perversidad del averno de la sabiduría,
Aroma de auras venenosas,
Melodías hipnóticas de las masas,
Manipulan sagazmente
La raza que cubre al mundo,
Azotan la palabra,
Ignoran la voluntad divina,
Ríen ante el perecimiento
De la identidad.
La cultura se abraza al azar,
El destino mira hacia atrás, llora,
Nos ve vencidos, nos ve ínfimos,
Y la tierra emana miradas
Y el pueblo suda silencio.
El moho que emboza nuestra moral,
El cáncer del materialismo masificado,
Las estrategias de la decadencia,
La virginidad de la conciencia
Y los escrúpulos,
El convencimiento impenetrable
De una apócrifa ideología,
Encarnan el papel
De un personaje cotidiano.
Cada segundo del presente
Aniquila al tiempo, al destino,
Y el tiempo pasa,
Ingenuo e inevitable,
Ignorado e ignorando.
Martin Copponi
A PASO DE PALABRA.
Resucitar de la herida del verbo,
Reencarnarse en el cuerpo de la verdad,
Volver de la lucha y a la lucha
Por un grito cierto.
Pelear por el necesitado alarido,
Por haber sido silencio.
Pero sentir miedo,
Un calor desprotegido,
Porque somos humanos
Vulnerables y abiertos.
Es por eso que
Esta Luz nos ha elegido
Para sembrar con la palabra
La sangre del verbo.
En la tierra donde se vive y se muere,
Donde hacemos historia y a veces nada,
Está escondida la verdad que buscamos
A paso de palabra.
Martin Copponi
sábado, 17 de abril de 2010
ESTOY LEJOS DE TODA AMARGURA
Estoy lejos de toda amargura;
Mis progenitores me dejaron
Molde Granítico,
Grabados fueron los Santos Nombres
invocados a su tiempo.
Alas carcomidas por el viento
recelan de las preguntas humanas.
La duda es derecho,
es el espejo del mal recuerdo.
Tierras desoladas de amargura,
abandonadas en el desierto
en las montañas,
hoy sabemos que nada puede ocurrir,
que todo vuelve al aire,
tierra,
agua,
fuego;
que del aire nace la luz,
de la luz nace la llama del fuego
de la llama del fuego nace el agua,
de la condensación del agua nace la tierra,
leyes y enigmas del origen,
que todo no se acaba, solo es misterio,
cambio,
metamorfosis.
Dejáronme mis vientos, intemporales
recuerdos del eterno peregrinar
que amasan monstruos blancos:
nubes cuajadas por mis vientos,
Horizontes alejados
Manos angustiadas del llamado.
El latigazo de las olas de mar,
corroe a diario el recuerdo rutinario.
Víctor Hugo Arévalo Jordán
Obra: Los Augures
martes, 13 de abril de 2010
EN EL SILENCIO UNIVERSAL.
EN EL SILENCIO UNIVERSAL.
En el silencio universal,
todas las cosas pusieron atención
sobre la estructura que se formaba
como hilos de sangre esperando cada sol,
cada vuelta
en las entrañas del pensamiento.
El negro reinaba en el silencio aún,
borradas las nubes de ojos y viento único,
soplo divino, incandescente aliento,
viento olvidado,
lleno de senderos porosos
donde se almacena
el cieno de la vida.
Encejando el alma del fuego
que se distribuye
en el inmenso edificio del Tiempo;
con esa humedad impalpable de los sepulcros.
Y el Misterio y
fueron los senos de
Víctor Hugo Arévalo Jordan
Obra Los Augures
martes, 6 de abril de 2010
SILENCIO DEL ALMA
Silencio del alma nueva,
alma comprada en la noche azul
con olor a nostalgias y distancias,
impregnada de fuegos prometeicos,
hurtados los sueños en fecundidad
de las ilusiones y los horizontes.
Nace el silencio después del lamento,
presentes están las soledades,
mustias,
calladas
como el vuelo de pájaros heridos:
y todo lo naciente es canto de soledad.
El alma es sólo un silencio
en la noche oscura del pasado.
lunes, 5 de abril de 2010
Mujer
MUJER.
Dios te bendiga en esta hora desnuda del crepúsculo,
en que las violetas cubren el cielo cárdeno
de nubes pelirrojas ya sonrosadas de pudor.
Dios te bendiga en las pupilas de tus senos;
estrellas de tu cuerpo áureo cual nieve,
con tules que cubren los cabellos de tu inocencia.
Dios te bendiga en el ciervo de tu vientre tierno,
formados sobre el monte del placer celeste;
en los mares de tu gloria y libertad de Mujer!
Víctor Hugo Arévalo Jordán
Aparta de mi ese caliz
de cicuta y lejanía,
soledad infinita y triste,
horizontes sin horizonte.
Si fuera posible no beber
este cáliz.
Amor,
cielo,
pasos que se van.
Si?.
Espaldas gigantes de los muros,
hay que escalar,
rie...
Mis labios se han anquilosado.
Rie!.
No?.
Alma esteparia y
este vaso lleno de cicuta.
Manos cruzadas sobre mi cruz,
orando
quizás por última vez.
Lágrimas de lejan¡a.
Arido sol,
sol,
sol...
luego la noche,
el deseo,
la soledad.
Crujen los dientes.
Si fuera posible,
no beber este cáliz.
Y
este silencio de vidrios rotos,
música que vuela para adentro
por mis poros
y
si fuera posible
no beber más este cáliz.
Víctor Hugo Arévalo Jordán