sábado, 16 de mayo de 2009

Mundo que te vistes de flores

Mundo que te vistes de flores,
no se llena de espuma la boca del sediento;
tus flores son de carne desnuda,
de colores vistosos y alegres
que cubren tu realidad y tu verdad.
Arrodíllate ante la magnitud del saber,
ante los reinos del misterio.
No se necesitan lanzas para reinar,
fuerza pálida de desastres remotos,
ritos paganos de la fuerza.
Sólo reverencia a la sabiduría inmutable,
saber tallado en la roca de las Catedrales,
saber tallado a la altura de los ojos
de los dioses,
tiemblan los granitos cuando baja la mirada
la Jerarquía Suprema,
en sus pupilas se puede ver
las profundidades desconocidas del cosmos.
La Jerarquía alza las manos
el tiempo se perjudica en el espacio,
las aves quedan inmóviles en el cielo,
tiemblan las manos suplicantes,
y mis manos desafiaron la quietud,
y fui humano
y fui guerrero,
comprendí que tenía que luchar.
Mundo que te vistes de flores,
sol que no canta la marea del infierno,
heridas sin lamer,
tus flores son ilusión
que mueren ante lo infinito del ser,
flores nacidas en el desierto
que pretenden alcanzar el conocimiento.
Nace la diferencia del hombre
y de los dioses:
Los hombres tienen valor para luchar,
los dioses no necesitan del valor para vivir.
Aferrarse duras las manos sobre la lanza,!!
Los dedos acarician el pomo estéril
de la espada forjada en la necesidad,
la violencia no servirá con los dioses.
Mundo que te vistes de flores,
pétalos que son sólo ilusión
que mueren ante lo infinito del ser,
flores nacidas en el desierto
que pretenden alcanzar el conocimiento
más. Ay mundo, hay muchas flores reales
que no pueden verlas, porque se alejaron
a los campos verdes, campiñas con soplos de fuego,
callaron la desgarradura moral
son muchas flores,
que no puedes verlas porque se alejaron
hasta la helada aguja de los montes,
se purificaron en sus nieves,
se alejaron a las blancas iglesias campestres,
a las praderas, y buscaron la Verdad.
La llama del amor abrió sus caminos,
cielo rabioso, inocencia del Arca,
guardianes del Santo Grial
rompieron las fronteras
e ingresaron en los recintos sagrados
del tiempo pasado,
pero tu, mundo ciego
no puedes ver su esplendor
porque la luz del templo no es natural,
no es materia carcomida por la ciencia.
En el tránsito sereno de mi camino,
nació mi nuevo tiempo cuando la vi,
sus manos frágiles llevaban el oro,
cadenas sus suaves brazos;
los cuervos negros la rondaban,
aleteaban incansables en torno suyo,
preparándose para el festín,
para destruir la simetría esmeralda.,
Todos querían sus ojos con voces de lluvia,
herencia esparcida en la memoria,
que significaban la luz, la noche,
el día, oscuridad de cabellos,
tentación de paz,
flores,
flores,
flores.


Víctor Hugo Arévalo Jordán
Extraído del III Festival de Poesías “Palabras en el Mundo”
Centro Cultural Municipal
Santa Fe-Argentina
16/5/09

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