martes, 19 de mayo de 2009

Oda a los barrios marginados

Oda a los barrios marginados

Allí donde la tela gastada de los días
Flamea como bandera, hecha girones
Siembra niebla de olvido la pobreza:
allí donde el nombre de las cosas es ya viejo
todo tiene un ritmo de llovizna de invierno,
se percibe un ocre en las entrañas,
un aire de tumba vacía se respira en secreto;
las sombras tienen languidez de seco plomo
desmoronado de silencio.

Y sin embargo,
las manos de la primavera esparcen flores,
los pájaros dibujan en el fondo azul,
racimos de frutos se ofrecen al hastazgo;
hay viajes;
las playas doradas se entregan al beso de las aguas;
hay tibios salones;
aterciopeladas melodías peinan en el aire las ondas

de la luz diagramada;
hay alhajas para cuellos y manos
que sueñan perfumes embriagantes;
hay vanidad, exquisitez y groseros festines;
suaves tonos de claridad y color en las alcobas
para recibir a los amantes.

Pero allí también volotean mariposas encendidas
en el flujo vital que se derrama,
también hay voces y brazos ocupados,
risas y llantos resuenan con un eco de ignorado planeta;
hay sucesos, conflictos,
sangre que corre transportando eslabones de vida;
pero todo es distinto, de cuño diferente:
tiene el aire gastado de las cosas rotas,
de puerto abandonado.

Acá donde la geografía se aburre mirándose en su espejo
no late el pulso con calor de abiertas manos:
acá donde el rostro se maquilla al sol

no se ven los surcos de arrugas prematuras
estallando en la cara
y el sordo sucederse de días deshojados

Allí el silencio gris lo dice todo
en mundo grito prolongado en el tiempo,
chapa, madera y barro se combinan
para ocultar con reserva el desamparo,
las viviendas se deslizan con las sienas quebradas
en un tiempo de pesada ceniza,
como solitaros islotes duermen en vigilia,
tienen una mirada de ojos hundidos, clausurados,
de eslabones cortados,
mirada empantanada en su cadencia,
de ala desgranada en el espacio,
de sueño golpeado de vacío.

En este mundo me derramo,
disemino mis ojos y mis manos para beber el néctar
de las flores tristes.

para aspirar la soledad de claras frentes
suspendidas en sombras del abismo,
para nutrirme de semillas aplastadas
antes de germinar el sueño.
Busco los motivos del grito,
enlazo los fragmentos y los juntos para el sol de mañana.

Francisco Millán
Extraído del III Festival de Poesías “Palabras en el Mundo”
Centro Cultural Municipal
Santa Fe-Argentina
16/5/09

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