lunes, 30 de marzo de 2009

AQUÍ ESTOY...

Aquí estoy, presente, desde hace treinta y tres años:
un retazo de bandera flameando en las pancartas
entre estos treinta mil rostros que se agitan incesantes
al filo del viento que tajea y deshilacha los anhelos
nublando de dolores los cielos de esta Patria.

Aquí estoy: presente y condenado eternamente
a gesticular la mueca que reclama a tu memoria
que no olvide nuestros nombres
y el de nuestros verdugos.

Aquí estoy, como el resto, contemplando silencioso
cómo se diluyen los ecos de nuestras voces
mientras el rocío y la lluvia destiñen los retratos
llevándose los vestigios de nuestra tinta para escribir
cada una de las propias historias con los colores
de los amaneceres que nos robaron
y con ellos trazar nuestras huellas en las calles
que no pudimos caminar,
en las flores que nos privaron de admirar,
en las alas de las palomas que de plaza en plaza
van buscando -silenciosas y perseverantes-
a quienes por siempre serán nuestros niños,
escoltando en la ingenuidad de sus miradas nuestras palabras.

Aquí estoy -como el resto- desde hace treinta y dos años
Viendo cómo se multiplican las ausencias...
Viendo cómo el tiempo teje y desteje los sueños envueltos
en los pañuelos hartos de las lágrimas de todas Nuestras Madres.

Aquí estoy: presente, como el resto, con las llagas intactas.
Soy uno...soy cien... soy mil...
Soy los treinta mil trozos en que quebraron nuestra estrella.
Sin embargo, aun desde nuestros despojos, iluminamos.
Soy...Somos, mucho más que simples números naturales
aniquilados por la soberbia de los irracionales:
Somos los oscuros, los inmortales espectros de los cobardes
de los traidores, de nuestros torturadores y asesinos.
Y somos el Pan y el Vino gestado en el más cruel e injusto sacrifico
resucitando en cada uno de quienes cada día,
simple y cotidianamente, nos comulgan y nos nombran.

Marta Goddio

gentileza Vereda Sur

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