miércoles, 13 de septiembre de 2017

TEMBLOR

TEMBLOR
No es la muerte la que me dio sus besos
(no es la lluvia tampoco), sino que
llegué a la fuente cuando el universo
temblaba (como temblaban
tus senos al besarte).
No es la muerte quien me dio sus besos,
(no son las aguas tampoco)
pero yo les di los míos
cuando los azules murmuraban, y…
(cuando di mis besos al mar, a ti, a Ella…)
Mas (…) Si tú llegaras al infinito,
al vacío del fondo del ser: (vacío)
abrazados fuéramos entonando
la sinfonía bajita del silencio.
Y… Es que tu así alegre sonrisa
contagiosa, cantarías deseos
con mis ansias saturadas de hastío
que brinda el placer; al amor creado
saludando desesperados (¿vacío?).
No es la Muerte tampoco quien me dio sus besos,
(no es el azul tampoco), sino que
te besé (a Ella y a ti y al azul)
a los tres nos besó el placer (¿vacío?)
Ah. Qué hermoso hastío… Es que la lluvia
no remojó aún tu cuerpo y el
mío, para sentirnos cálidos y
¡juntos otra vez!
Ah. Universo mío
¿Por qué tiemblas?


Víctor Hugo Arévalo Jordán

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