martes, 21 de abril de 2009

El Retorno

EL RETORNO

Rotas las alas del amor, en el hogar vacío,
Son témpanos las cosas y las horas;
Y sin embargo encienden, con sus ecos de sombra,
Los recuerdos más íntimos que vuelven a la sangre
Desde grutas del olvido.

En este hogar desierto me hallo esperando el sueño.
Hay una tensa calma que me mantiene insomne:
Detrás de la ventana es noche de tormenta
Y en su negro misterio se entrecruzan los rayos
De una mortal blancura.
En lo alto del cielo, forjada entre destellos,
Centellas y relámpagos, de pronto, veo una imagen
De una extraña belleza y un sideral atuendo:
en ella reconozco su figura que vuelve
Y que desciende etérea a instalarse en mi sueño
Con la sabia del cosmos latiendo en sus arterias
De un fuego celeste los labios palpitantes,
Los ojos de infinito poblados de universo.

Lentamente se acerca, con un andar de nube,
Penetra en mi aposento; se acerca lenta y pura,
Se detiene en silencio, se detienen a mi lado
Hasta casi rozarme ¡tan próxima y lejana!
¡tan real e imposible!

Afuera el mundo es negro, como una sombra densa
Cubriendo todo el orbe que sin brújula late
Y desata su furia con la voz del relámpago
Y el ulular del viento, con silbo de ala oscura,
Que al prolongar su queja anticipa lo arcano.

A mi lado la imagen de su cuerpo esplendente
Ilumina mi cuerpo con destellos de espanto
Y hechiza los secretos relojes de mi sangre
Paralizando el flujo cegado del transcurso;
Inhibe mi razón y ha sellado mis labios.
Con mirada profunda de infinita ternura
Sus ojos me acarician en un instante eterno
Como si requiriese todo mi asentimiento,
Todo mi amor quebrado, todo hálito del alma,
Todo mi ser entero
Y despacio se inclina, con suavidad, muy dulce,
Muy dulce y sobrehumana para besar mi frente.
Su sombra de galaxia va cubriendo mi rostro,
Con sereno silencio, de estirada cadencia,
De compás diferido, como el lento transcurso
De un brevísimo soplo que apaga los instantes
Para encender la noche

Después ya no recuerdo: sólo que el sol penetra
Destejiendo las sombras y trueca lo temible
En la luz cotidiana:Volveré a rodearme de murmullos, palabras,
Del chillido de luces, de opacas resonancias,
Encapsulados signos que aturden la mirada
Y nublan los oídos. Palpitaré entre muros
De humanas estridencias emergiendo sin pie,
Remontando sin vuelo, hundiéndome sin sueños

Pero ¡Dios! ¿qué me ocurre? Un viento electrizante
Vertical me recorre descentrando mi sino.
El terror me entumece; morados se congelan
Los rayos de la aurora; late un triste vacío
De sombras como cosas; no se escucha el silencio:
Ante mí está mi lecho con mi cuerpo yaciendo.

Francisco Millán

Extraído del encuentro de poetas “De palabras Arcanas y Secretas”
Santa Fe- 18/4/09 Centro Cultural Municipal

No hay comentarios: