lunes, 27 de abril de 2009

Respuesta

RESPUESTA


La no pregunta es una salvación en estos casos.
Sintiendo no habernos dicho nada,
más claro,
más firme,
acabado,
repujado en el insomne espacio.
Sería cambiar tus sentidos ,
tu belleza,
tu indecisión,
tu pasión,
de quién a quién sin pregunta;
sin dudar de la duda
pero dudando de la vida,
buscando nuestra ubicación
en el espacio y el tiempo,
como en el cosmos, pero a oscuras,
como encerrado en una moneda fría
apenas de cincuenta centavos.


Entonces te marcharías en silencio,
sin que todo haya acabado,
quedando el recuerdo solitario,
encerrado en tu cuerpo que es recuerdo,
vacilante,
trémula,
con un beso que no es beso,
con una certidumbre de espera.


Tus labios con ausencia,
angustia,
tormento,
esperando la llegada del cielo negro
para poder recordar con placer,
un quizás de felicidad.


Nada más que un recuerdo placentero,
y ,
única amante que no está a mi lado,
sin mi mismo,
yo solo con la verdad de las cosas,
alejado de la falsa realidad ,
esperando un también,
un éramos que no somos,
pacientes,
indiferentes,
porque la realidad hace indiferencia.
Frío,
muerto
por haber conquistado la verdad
enterrado en espacios negros
del cosmos perdido.

Víctor Hugo Arévalo Jordán

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